Gracias a la artesanía y más tarde a la industria textil, Gante pudo convertirse en una ciudad influyente y poderosa. Pero, ¿sabías que los habitantes de Gante tienen un apodo que está relacionado con la industria textil?

Retrocedamos en el tiempo hasta la época de Carlos V.

No es nuestra guerra  

Estamos en 1537 en Gante.  La ciudad ha perdido la riqueza y prosperidad que había acumulado gracias al comercio de tejido y cortinas. María de Hungría gobierna en los Países Bajos en lugar de su hermano Carlos V, que mientras tanto se ha convertido en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y en el rey Carlos I de España.  

No obstante, las ambiciones territoriales de los hermanos se extienden aún más allá de estas fronteras. María está en guerra con el rey de Francia y, desesperada, pide apoyo financiero a la ciudad flamenca de Gante a través de unos impuestos de guerra. Gante se niega a participar en su guerra y se rebela en 1539, provocando la furia de Carlos cuando se entera del levantamiento. A esto hay que añadir que el monarca también descubre que algunos ganteses han estado en contacto con el rey de Francia, su enemigo, lo que empeora aún más las cosas.  


Gante vs. Carlos  

Carlos decide viajar a su ciudad natal para sofocar la revuelta civil pero no consigue pasar desapercibido debido a que lo acompañan varios nobles, como su hermana María de Hungría y Guillermo de Orange, cientos de arqueros y miles de soldados. Es importante destacar que durante su estancia en la ciudad reside en la Corte de los Príncipes, un lugar que más tarde se convertiría en un recuerdo simbólico de Carlos.  

Carlos no siente ninguna lastima por los ganteses y ordena decapitar a 25 líderes. Como último y desesperado intento para conseguir la salvación, los otros rebeldes intentan echar la culpa de todo a la mala gestión de la ciudad sin tener en cuenta que María, la hermana de Carlos, es la gobernadora del territorio y, por tanto, responsable de la gestión. Como castigo por todo lo sucedido, Carlos decide cambiar el estatus de la ciudad, haciendo que pierda sus libertades y privilegios, lo que provoca que Gante se convierta en una ciudad más dependiente.  


El que lleva la soga  

Como señal de rendición, concejales, funcionarios y nobles tienen que caminar descalzos y vestidos con una camisa negra en una procesión por el centro de Gante. Al final de la procesión están los llamados gritones (creesers), miembros de los gremios artesanos, tejedores y jornaleros, es decir, los ciudadanos más rebeldes de Gante que pertenecían a las clases bajas. Este grupo va vestido con una camisa blanca y una soga al cuello, prendas que simbolizan que merecen  la muerte. Por esa razón, las personas de este grupo también reciben el nombre de stroppendragers, es decir, los que llevan la soga.  


Valor simbólico  

¿Por qué se ha mantenido el apodo después de casi 500 años? La explicación no es tan evidente ya que los habitantes de Gante no querían que se les asociara con el término después del levantamiento. Es más, quien se atrevía a pronunciar la palabra maldita stroppendragers, se arriesgaba a la pena de muerte. Entonces, para encontrar una respuesta a esta pregunta tenemos que adelantarnos hasta el siglo XIX donde la mentalidad cambia y los habitantes de Gante comienzan a enorgullecerse de su apodo. Stroppendrager pasa de ser un insulto a un título de honor.  

Hoy la soga es un signo de rebeldía, de desafío a la tiranía y la opresión de España. Cualquiera que lleve una soga al cuello es un verdadero ciudadano de Gante.  


La soga  

A lo largo de los siglos, Gante ha producido y exportado diversos productos textiles pero la soga siempre ha permanecido dentro de las fronteras de la ciudad.  No obstante, las sogas han cambiado a lo largo del tiempo: en la época de Carlos V eran simplemente una cuerda, mientras que ahora están formadas por dos piezas de tela, una blanca y una negra, que hacen referencia a los colores de las camisas de la procesión. No hace falta decir que las sogas se siguen fabricando únicamente en Gante. De Gilde van de Stroppendragers, que es el gremio de los que llevan la soga, se ocupa de la producción que se hace totalmente a mano.  


Descubre la fusión entre la historia y la industria textil  

Esta historia confirma una vez más la posición clave que la industria textil ha desempeñado en la historia de Gante. Todavía existen muchas referencias a la humillación que tuvo que soportar la ciudad en el siglo XV. Un ejemplo de esto es la Gentse Strop, una cerveza elaborada localmente que también representa el orgullo de la ciudad.

Por todo esto, nuestra recomendación es que si quieres un buen recuerdo de la historia de Gante, debes comprar una soga auténtica en una de las tiendas de regalo que hay en el centro o también puedes contemplar la estatua de un hombre que lleva la soga, un monumento que une el pasado español de la ciudad con el pasado industrial porque se encuentra entre la Corte de los Príncipes, el lugar de nacimiento de Carlos V, y la torre de una antigua fábrica textil.

Este texto ha sido revisado por Route 66 Idiomas, por lo que estamos muy agradecidos.

 

Dit artikel maakt deel uit van 'Textaal', een meertalige reeks artikelen waarin Jozefien Degraeve je meeneemt in de boeiende wereld waar taal en textiel elkaar ontmoeten. Jozefien liep in 2021 stage bij De Taalsector en onderzocht hoe textiel en taal met elkaar verweven zijn en ook hoe textiel als drager van talige uitingen het positieve gevoel rond taal kan versterken. Meer weten? Neem contact op via Dit e-mailadres wordt beveiligd tegen spambots. JavaScript dient ingeschakeld te zijn om het te bekijken..

 

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